Mi camino hacia el mundo del coaching y la mentoría empezó mucho antes de que yo naciera. Mi madre, Enriqueta, una mujer con una visión y una determinación inquebrantables, abrió su primer negocio con tan solo 17 años. Crecí rodeada del aroma a piel de su taller en el barrio de Gracia de Barcelona y fui testigo de su anhelo por crear bolsos "buenos", como los que se vendían en las elegantes tiendas del Paseo de Gracia.
Años después, ese sueño se hizo realidad. Junto a mis hermanos, fundamos Lupo Barcelona, nuestra propia marca de bolsos, a pocos metros del mismo Paseo de Gracia que inspiraba a mi madre. Con esfuerzo y pasión, logramos abrir una tienda en Tokio y consolidar una marca con presencia internacional.
Tras vender Lupo, después de vivir los altibajos y los desafíos que conlleva emprender, supe que necesitaba alinear mi trabajo con mi pasión. Comprendí que mi verdadero talento residía en acompañar a otros a encontrar su propio camino, a conectar con su propósito y a desarrollar su máximo potencial.